No más, sino mejores instituciones.
Carlos E. Torres Muñoz
Carlos E. Torres Muñoz
La semana
pasada el aún naciente Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó el registro de
tres nuevos partidos políticos, mismo que se hará efectivo a partir del primero
de agosto del presente año. Los tres partidos son: Encuentro Social, Partido
Humanista y el reconocido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Se les
asignó, para los restantes meses de este año un presupuesto 36.3 millones de
pesos para (o sea, entre) los tres.
Con el
nacimiento de las candidaturas independientes recientemente, la necesidad de
más partidos políticos, desde mi punto de vista se ve acotada. Si bien nuestro
sistema sigue tendiendo a la predominancia de los partidos en la competencia
electoral, hasta antes del nacimiento de estos tres ya teníamos otros siete, y
la figura de las candidaturas independientes que, de regularse mejor, pondrá a
toda persona al alcance de una candidatura, sin necesidad de ser postulado por
cualquiera de los diez partidos políticos existentes hoy a nivel nacional.
Además de
esto, cabe decir: la existencia de más partidos políticos, no necesariamente
significa más oportunidades para los rezagados de la clase política o de
quiénes hoy tienen el control de la partidocracia, poder que por cierto, más
partidos fortalece, no mitiga.
La posible
disyuntiva entre calidad y cantidad en la arena de las instituciones políticas
podría resumirse en el siguiente argumento: nos cuestan, todas, no son
necesarias si las que tenemos fueran los suficientemente eficientes como para
que cubrieran el espectro de demandas que los ciudadanos les exigimos.
Sabemos por
ejemplo que Partido Humanista está liderado por ex militante de Acción
Nacional, y que los rumores apuntan a que detrás de él se encuentra Felipe
Calderón, y que Encuentro Social tiene como dirigente a un Pastor Evangelista,
cuya estructura parte de grupos evangelistas. Vamos, ambos se incrustarían en
la Derecha, ojalá en la Democracia Cristiana y no en la xenofobia.
Del
Movimiento de Regeneración Nacional, sabemos más, pues ha sido objeto de los
reflectores públicos por su líder de facto, Andrés Manuel López Obrador, cuyo
liderazgo social es innegable. Lo primero que se supo de MORENA después de su
registro fue que debía reformar sus estatutos, pues ni ahí simulaban ser
democráticos ¿A alguien le sorprende?
MORENA es un
claro ejemplo de pragmatismo político, con resultados eficientes. Es la
institucionalización del caudillo; no es ofensa, sino realidad. AMLO no tendrá
que competir más por el liderazgo del PRD cuyo dominio tienen bien ensayado los
“temibles” chuchos, ni mantener más a las franquicias Alberto Anaya (PT) o de
Dante Delgado (MC), sino que ahora sembrará para cosechar él mismo, rumbo al
2018. No creo, y adelante ejemplificaré, que MORENA, tenga rasgos distintivos
de los últimos dos, ni que ayude al objetivo de la izquierda como expresión
política. Al contrario, en el Distrito Federal en 2015, por ejemplo, la
participación del Movimiento como Partido, fraccionará el voto de la izquierda,
beneficiando a quién se apunte como segundo competidor en determinada
demarcación (Sea PAN o PRI), aquel famoso principio maquiavélico: divide y
vencerás (en este caso, se dividieron solos).
Pero no era
este ejemplo al que me refería antes, sino a la diferencia de las “izquierdas”
pequeñas entre ellas. Anoto una propuesta gráfica: ¿Usted ve que Ricardo, David
o Saúl Monreal cambien de discurso cuando encabezan algún evento se trate del
PT, Movimiento Ciudadano o MORENA? ¿Ve a los tres haciéndose competencia? ¿Los
ve cambiando de conducta dependiendo del color que traigan puesto? En Zacatecas
¿Cuál será la diferencia entre los tres? Ya sé que formalmente, por lo pronto,
ningún Monreal encabezará MORENA en Zacatecas, por eso me refiero a los hechos,
no a los dichos.
Más parecen,
para el caso de nuestro Estado, partidos satélites de una facción política cuyo
carácter de democrático es complejo entender.
Me refiero
al caso porqué es el evidente, y el que, francamente creo, sobrevivirá en 2015.
AMLO tiene un liderazgo que da para más de tres puntos porcentuales, luego,
seguramente será una rémora más, y el discurso se desencuentro con el
PRD-pactista culminará en sonrisas y campañas desastrosas, como en 2006 y 2012.
No, no
necesitamos más instituciones, necesitamos mejores. No mandarlas al diablo para
crear las nuestras, sino depurarlas, democratizarlas, transparentarlas; en
pocas palabras, lograr que sean instituciones que se apeguen irrestrictamente
al derecho, sí en esa lógica se apuntan los nuevos partidos políticos, pues
bienvenidos.
@CarlosETorres_
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