sábado, 11 de febrero de 2017

Política-Constitucionalismo-Democracia.

No más, sino mejores instituciones.
Carlos E. Torres Muñoz


La semana pasada el aún naciente Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó el registro de tres nuevos partidos políticos, mismo que se hará efectivo a partir del primero de agosto del presente año. Los tres partidos son: Encuentro Social, Partido Humanista y el reconocido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Se les asignó, para los restantes meses de este año un presupuesto 36.3 millones de pesos para (o sea, entre) los tres.

Con el nacimiento de las candidaturas independientes recientemente, la necesidad de más partidos políticos, desde mi punto de vista se ve acotada. Si bien nuestro sistema sigue tendiendo a la predominancia de los partidos en la competencia electoral, hasta antes del nacimiento de estos tres ya teníamos otros siete, y la figura de las candidaturas independientes que, de regularse mejor, pondrá a toda persona al alcance de una candidatura, sin necesidad de ser postulado por cualquiera de los diez partidos políticos existentes hoy a nivel nacional.

Además de esto, cabe decir: la existencia de más partidos políticos, no necesariamente significa más oportunidades para los rezagados de la clase política o de quiénes hoy tienen el control de la partidocracia, poder que por cierto, más partidos fortalece, no mitiga.

La posible disyuntiva entre calidad y cantidad en la arena de las instituciones políticas podría resumirse en el siguiente argumento: nos cuestan, todas, no son necesarias si las que tenemos fueran los suficientemente eficientes como para que cubrieran el espectro de demandas que los ciudadanos les exigimos.

Sabemos por ejemplo que Partido Humanista está liderado por ex militante de Acción Nacional, y que los rumores apuntan a que detrás de él se encuentra Felipe Calderón, y que Encuentro Social tiene como dirigente a un Pastor Evangelista, cuya estructura parte de grupos evangelistas. Vamos, ambos se incrustarían en la Derecha, ojalá en la Democracia Cristiana y no en la xenofobia.

Del Movimiento de Regeneración Nacional, sabemos más, pues ha sido objeto de los reflectores públicos por su líder de facto, Andrés Manuel López Obrador, cuyo liderazgo social es innegable. Lo primero que se supo de MORENA después de su registro fue que debía reformar sus estatutos, pues ni ahí simulaban ser democráticos ¿A alguien le sorprende?

MORENA es un claro ejemplo de pragmatismo político, con resultados eficientes. Es la institucionalización del caudillo; no es ofensa, sino realidad. AMLO no tendrá que competir más por el liderazgo del PRD cuyo dominio tienen bien ensayado los “temibles” chuchos, ni mantener más a las franquicias Alberto Anaya (PT) o de Dante Delgado (MC), sino que ahora sembrará para cosechar él mismo, rumbo al 2018. No creo, y adelante ejemplificaré, que MORENA, tenga rasgos distintivos de los últimos dos, ni que ayude al objetivo de la izquierda como expresión política. Al contrario, en el Distrito Federal en 2015, por ejemplo, la participación del Movimiento como Partido, fraccionará el voto de la izquierda, beneficiando a quién se apunte como segundo competidor en determinada demarcación (Sea PAN o PRI), aquel famoso principio maquiavélico: divide y vencerás (en este caso, se dividieron solos).

Pero no era este ejemplo al que me refería antes, sino a la diferencia de las “izquierdas” pequeñas entre ellas. Anoto una propuesta gráfica: ¿Usted ve que Ricardo, David o Saúl Monreal cambien de discurso cuando encabezan algún evento se trate del PT, Movimiento Ciudadano o MORENA? ¿Ve a los tres haciéndose competencia? ¿Los ve cambiando de conducta dependiendo del color que traigan puesto? En Zacatecas ¿Cuál será la diferencia entre los tres? Ya sé que formalmente, por lo pronto, ningún Monreal encabezará MORENA en Zacatecas, por eso me refiero a los hechos, no a los dichos.

Más parecen, para el caso de nuestro Estado, partidos satélites de una facción política cuyo carácter de democrático es complejo entender.

Me refiero al caso porqué es el evidente, y el que, francamente creo, sobrevivirá en 2015. AMLO tiene un liderazgo que da para más de tres puntos porcentuales, luego, seguramente será una rémora más, y el discurso se desencuentro con el PRD-pactista culminará en sonrisas y campañas desastrosas, como en 2006 y 2012.

No, no necesitamos más instituciones, necesitamos mejores. No mandarlas al diablo para crear las nuestras, sino depurarlas, democratizarlas, transparentarlas; en pocas palabras, lograr que sean instituciones que se apeguen irrestrictamente al derecho, sí en esa lógica se apuntan los nuevos partidos políticos, pues bienvenidos.


 @CarlosETorres_

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