sábado, 11 de febrero de 2017

Política-Contexto.

Apuntes finales del 2009*.
Por Carlos Eduardo Torres Muñoz.

Con dedicatoria postmortem a Esteban Robles Barrera civil abatido en septiembre de 2009 en la tragedia del metro Balderas, en un acto de humanismo heroico.

El año que está por culminar ha dejado atrás una serie de acontecimientos, historias y circunstancias que difícilmente los mexicanos podremos socavar el año venidero. Este 2009, entre otras cosas, hemos enfrentado dos circunstancias que no dependieron de la voluntad humana para su surgimiento, pero que si afectaron de manera directa al pueblo mexicano: El brote de influenza A H1N1, y la sequía. La primera vino a dar al traste con la materia turística, tercera fuente de ingreso en el país, y afectó de manera drástica el acontecer cotidiano de la sociedad en general, pasando por empresarios y estudiantes. México como nunca antes en su historia se vio paralizado durante días, e incluso semanas en algunos lugares del país, debido a tal contingencia sanitaria. La sequía afectó de manera importante al ya de por si muy golpeado campo mexicano, en su recién comenzada batalla oficial por la supervivencia frente a su par de los Estados Unidos.

En materia de Seguridad este año la cantidad de muertos a causa de la llamada lucha contra el crimen organizado superó los dieciséis mil, en lo que va de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, quién ponderaría a esta lucha, como medio de legitimación ante un pueblo incierto a los resultados electorales del 2006. En este rubro estamos cerrando el año con la celebración de una muerte -la de Arturo Beltrán Leyva-, muerte que costó un número apenas calculable de vidas y que no representa en nada una victoria, si acaso un sedante para ocasionarnos a los mexicanos el ya tan acostumbrado efecto placebo, puesto que dicho delincuente no ostentaba el poder que nos decían tenía, ni su organización implica en números lo que implican otras de mayor envergadura en tal rubro. Mientras tanto los estados financieros, verdadero poder del crimen organizado, siguen intactos.

En materia económica en agosto se alcanzó el nivel más alto de desempleo en catorce años llegando al 6.28%, lo que se traduce en aproximadamente dos millones ochocientos mil mexicanos sin empleo, campo fértil para las organizaciones criminales. El año transcurrió entre un decrecimiento real superior al 7% y una serie interminable de discursos retóricos que nos aseguraban lo contrario. Para finalizar este ciclo económico negativo los legisladores del PRI y PAN decidieron aumentar los impuestos, con lo que según datos del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF) la inflación para el 2010 llegará casi al 5% con los gravámenes al consumo y las telecomunicaciones.

De cara a la celebración del bicentenario del inicio de la lucha independentista, y del centenario del de la revolución, este año se caracterizó por una ofensiva mediática de los grupos más conservadores del país contra los derechos humanos –ya sean reproductivos, civiles, etc.- de las y los mexicanos. En casi la mitad del país se aprobaron leyes antiaborto como reacción a la redefinición legal del aborto hecha en el DF, y estamos culminando este año en medio de una ola de declaraciones contra la recién aprobada reforma que permitiría en el Distrito Federal el matrimonio y adopción a homosexuales. Tales reformas ponen a la vanguardia a la capital del país en materia de reconocimiento de derechos humanos sin importar el género en América Latina, y enmarcan una visión sólo comparable con lo más progresista de Europa. Precisamente este año el gobierno federal hizo caso omiso a la celebración del 150 aniversario de la promulgación de las Leyes de Reforma, que justamente, separaron al Estado de la Iglesia. Seguramente para celebrarlo Peña Nieto visitó el Vaticano y Calderón inauguró el Sexto Encuentro Internacional de las Familias, evento en el que se dieron cita los grupos más reconocidos de la ultraderecha en el país.

En el plano internacional México ha tenido que aceptar la realidad: Dejamos de ser un actor determinante en las decisiones en América Latina. Nuestro lugar lo ha tomado, como se ha mencionado reiteradamente, Brasil. Fuimos el país más afectado por la crisis en la región, y encabezamos junto a Colombia y Haití la lista de los países más violentos.

Aprovechando el recuento del año es justo decir que mientras la mayoría de los actores políticos de este país sigan pensando en la próxima elección, y no en la próxima generación, México y los mexicanos seguiremos reeditándonos cada tres, o seis años y ni la reelección será un remedio factible, mientras no entendamos que no se trata de compromisos personales, sino de un sincero deber con la nación, misma que está por cumplir doscientos años sin ver realizado su máximo anhelo desde su nacimiento: progreso social en igualdad y libertad…


*Publicado en el diario "La jornada Zacatecas" el día 31 de diciembre de 2009.

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