sábado, 11 de febrero de 2017

Política-Global.


¿Y si dejáramos de ver al norte?*
Por: Carlos Eduardo Torres Muñoz.

"La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino" Simón Bolívar.

Durante las últimas décadas (una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, y hecha la pseudo-clasificación de países de primer, segundo y tercer mundo) en México hemos escuchado repetidas ocasiones, lo “cerca” que estamos de convertirnos en potencia mundial. Gobiernos priístas, y panistas van y vienen y la promesa sigue ahí, estancada. El salto para dejar de ser un país en vía de desarrollo y convertirnos en uno desarrollado es comparable con las múltiples promesas de progreso y estabilidad: su destino común ha sido el fracaso, y su temporalidad desciende en el calendario histórico hasta más allá de López Portillo, pasando claro por Salinas, quién hizo creer a un cúmulo importante de mexicanos que por estar en el barrio de los ricos, seríamos más que sus empleados.

En la actual crisis, como nunca, se ha demostrado en materia de proyectos de país, cuales funcionan y cuáles no. En América Latina en particular los polos opuestos han dado sendas muestras de eficacia o ineficacia. Por un lado se encuentran los países del sur, con gobiernos progresistas (Venezuela, Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, etc.) y por el otro los del norte con gobiernos francamente identificados con las políticas de Washington (México y Colombia, cada día más solos).

En esta coyuntura de cisma económico, donde políticas implementadas e impuestas cada día muestran más su fracaso, y aquellas que tuvieron que luchar por su supervivencia y que incluso fueron perseguidas y claramente golpeadas, muestran sus resultados positivos, México ha perdido los primeros lugares en la región, en materia política, económica e incluso social, principalmente frente al gigante brasileño y su gobierno progresista encabezado por el carismático Lula Da Silva.

México era hasta hace unos años el líder natural del conglomerado latinoamericano de naciones. Hoy ese papel lo ha tomado Brasil. Una de las muestras más claras fue el papel que ambos países jugaron en la reciente crisis política de Honduras: mientras que México fue casi solo un espectador, Brasil tomó la batuta y dirigió su política diplomática desbancando a las autoridades mexicanas de la bandera de la causa. Europa, y Asia han volcado su atención política en el gigante verde, que es ahora el interlocutor más propicio para el diálogo con los países del sur del río bravo. México, en cambio, luego de las torpes posiciones tomadas por Bush y Fox, es cada día menos un intermediario al cual se le preste atención en el subcontinente.

En materia económica los índices son claros: De acuerdo incluso con el neoliberal Fondo Monetario Internacional (FMI) México decrecería en 2009 7.3 %, mientras que Brasil sólo un .7%, algunos otros pronostican para el gigante brasileiro un crecimiento incluso hasta el 1% (De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Economía del Gobierno brasileño). En el ranking mundial de competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF) México se situó en el lugar 60, mientras los brasileños avanzaron ocho lugares respecto al índice anterior posesionándose en el puesto 54: primer lugar de Latinoamérica. Resultado de lo anterior, recientemente el G20 decidió ceder el 5% de su votación en el FMI a Rusia, India, China y Brasil, el ya conocido como BRIC.

En cuanto a materia social, nos hemos quedado nuevamente atrás, y no sólo frente a Brasil, sino también frente a otros países hermanos del sur, como lo es Bolivia, que en este año logró erradicar el analfabetismo de su nación, de acuerdo con un certificado expedido por la UNESCO. Anteriormente esto ya lo habían logrado Cuba, y Venezuela.

Mientras que Brasil se la jugó y ganó la sede para los juegos olímpicos del 2016, a México se le ve lejos de una posibilidad semejante.

Teorías económicas pronostican que para el 2050 Brasil, junto a sus compañeros del ya mencionado BRIC (China, Rusia e India) podrían convertirse en las economías dominantes a nivel mundial. Cada día más estas teorías abandonan la idea que México represente tal posibilidad.

A pesar de dichos resultados evidentes, en México seguimos el mismo sendero que nos ha llevado al retraso: Brasil fortalece su industria energética asegurando su nacionalidad; en México no se escatiman esfuerzos por golpearla y entregarla a manos extranjeras; los brasileños le apuestan al acuerdo político integral, los mexicanos buscamos la desaparición de los rivales a través de campañas cada vez más agresivas y ofensivas; Brasil ha decidido formular su política con un fin integrador de su sociedad, de exterminar la discriminación y la desigualdad; en México fomentamos políticas económicas, y sociales –tales como el aumento a los impuestos- que acrecentarán la brecha entre ricos y pobres, desapareciendo a la ya disminuida clase media…

Entre muchos etcéteras, solo resta decir que en Brasil, Bolivia, Venezuela, Cuba, Argentina y Chile, gobierna la izquierda….en México vamos por cinco sexenios (Treinta años) de gobiernos de derecha….
Publicado en el diario "La jornada Zacatecas", el día martes 15 de Diciembre de 2009.

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