martes, 4 de agosto de 2020

Un Gran Acuerdo por Zacatecas.


Un Gran Acuerdo por Zacatecas: lo merecemos y lo necesitaremos.
Por: Carlos Eduardo Torres Muñoz


         Conforme los datos respecto al impacto del covid-19 van surgiendo, los escenarios de recuperación se vuelven más complejos. Esta situación aplica tanto al ámbito internacional, como al nacional y al subnacional. No habíamos enfrentado nunca una situación como ésta, en las causas de nuestro subdesarrollo histórico, que son nuestro precario desarrollo institucional y la voraz desigualdad social, obstaculizaran una respuesta tan integral como la requiere el desafío que significa la pandemia en un mundo tan globalizado e interdependiente como el nuestro.

Y es justo por lo anterior, porque con la pobre calidad institucional de nuestro Estado y la aberrante desigualdad en todos los ámbitos de nuestra sociedad, son ya muros suficientes para cualquier intento de salir de la crisis presente y por venir, que la política, no puede convertirse en otro impedimento más, por la falta de miras, la pequeñez de sus agentes o la mezquindad. Más allá de la ingenuidad, ésta se presenta como la gran oportunidad para dotar de otra narrativa a nuestra vida pública: la del consenso que pone por encima de los legítimos intereses personales, de grupo o de visión, el sentido común. Porque es de sentido común que un proceso electoral en medio de una severa crisis de salud, económica, social e incluso de temor e incertidumbre, podría derivar en una crisis política sin antecedentes en nuestra historia política reciente. Nadie lo merece, pero más allá, nadie podrá superarlo sin perder valiosísimo tiempo que hoy debemos dedicar a retomar nuestro tránsito al desarrollo. Y es que, independientemente del proyecto, propuesta o alternativa que presenten los próximos candidatos a gobernador, alcaldes y legisladores, hay bases indispensables que todos requerirán para empujar su programa: estabilidad social, eficacia de las instituciones, condiciones para pactar en lo político, pero también para acordar con los sectores: empresarios, sindicatos, productores en el campo, comercializadores, y el largo etcétera que ellos reconocen mejor que un servidor.

No es que se trate de dejar la confrontación política necesaria que propicie el ejercicio deliberativo de todo proceso democrático, sin embargo, el riesgo de que la elección del próximo año produzca una confrontación que impida posteriormente la gobernabilidad, civilidad y madurez política, que genere condiciones para la gobernanza, es alto en un contexto de polarización, crisis y desesperación social. Por ello, aunque a algunos los alimenta la lógica sectaria que entorpece aún sus propias estrategias electorales, los líderes de los proyectos que buscan convencer a los ciudadanos, deben estar por sobre esa visión emocional y primitiva de la política, sí es que no quieren tropezarse con los obstáculos que una división sin propuestas les ocasionará, sí acaso se convierten en representantes populares.

Zacatecas no puede ver entorpecido su anhelo y más aún, su urgente necesidad de desarrollo, por la corta visión, inmadurez o incapacidad de quiénes forman parte de su clase política, por el contrario, la víspera de las campañas políticas se antoja como la oportunidad ideal para que ésta demuestre que más allá de los cargos y los encargos, están los objetivos colectivos, los que sí nos unen, los que nos concilian y permiten colaborar, coordinarnos, concentrarnos en un consenso mínimo posible: el de las bases para el bienestar común.

@CarlosETorres_

Este artículo apareció en la versión impresa del diario de circulación local La Jornada Zacatecas, el día 04 de agosto de 2020.



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